Antes del plato están los ingredientes.
Antes de los ingredientes está la receta.
Antes de la receta está la autora.
(Sol Iametti)
El mes pasado desde este mismo espacio abrí la convocatoria para Proyecto Raíces. Desde entonces esa idea, más que germinar, ha empezado a erigirse como la búsqueda creativa más interesante que jamás haya abordado. He conocido a sus abuelas, tías, madres y parientas del corazón.
He conversado con mujeres maravillosas y disfrutado del lujo de aprender de ellas.
No fue intencional circunscribirme al género femenino, sino que ocurrió orgánicamente. Creo que el fenómeno da cuenta del rol de cuidadoras que desempeñamos históricamente las mujeres, especialmente aquellas que nos anteceden y quizá no tuvieron oportunidades de elegir.
Como indica Michael Pollan en Cocinar, el ámbito de la cocina doméstica ha sido ocupado por las mujeres a lo largo de los siglos. En contraste con el ritual de asar carnes (grandilocuente, público y masculino), la cocina femenina puertas adentro parte de muy pocos ingredientes y propone procesos lentos. Como conté en la newsletter en defensa de cocinar con sobras, resulta sencillo preparar delicias con productos caros. La cocina de nuestras abuelas y madres conjura magia con un pedazo de pan duro, recortes de carne baratos o unos tomates que -ante el ojo desinformado- parecerían pasados de madurez.
“(La cocina doméstica) es como salirse de un relato épico y adentrarse en una novela” - Michael Pollan
Las historias de la cocina interior rebosan de riqueza y mundo personal y sus creadoras estelares son mujeres. Es por eso que las protagonistas del proyecto son ellas.
Es por eso que para que la visión que tenemos con Manu siga creciendo, necesitamos nuevamente de tu ayuda.
Lo que buscamos hoy es material filmado por vos en formato horizontal. Repetiré la importancia de que lo grabes horizontalmente varias veces, porque es primordial, así que pido disculpas por lo vehemente .
¿Qué podés filmar? Básicamente todo aquello que te conecte con ella y que sea especial para vos porque muestra su universo.
Algunos ejemplos a modo de guía orientativa podrían ser:
Sus manos cocinando ese plato que amás, mientras lo relata o te habla de otra cosa.
Espacios de la casa donde la ves desenvolverse y sentís algo especial.
Objetos únicos de ella, antigüedades, utensilios, o incluso esa cortina tan particular donde la luz entra por la tarde, su equipo de mate, tejidos, vajilla.
Una conversación profunda donde se evidencia su manera de ver la vida.
Recetarios caseros escritos a mano, papelitos con preparaciones, cuadernos.
Su disposición metódica: de las recetas, de los objetos de decoración, de la ropa doblada.
Puede ser todo esto, o puede ser otra cosa. Pueden ser 30 segundos, 1’ o 10’. Vos la conocés y sabés qué momentos vale la pena registrar y conservar para siempre. No es necesario que tenga una estética particularmente ordenada o “bella”. No interesan las escenografías perfectas sino la cotidianeidad y lo familiar. Quedan todos invitados más allá de que estemos físicamente lejos. Gracias, tecnología, por conectarnos.
Estaré recibiendo el material en mi correo marialujan@gmail.com. Me encantaría si te animases a también adjuntar un breve video tuyo, en formato horizontal siempre, donde me cuentes por qué elegiste capturar esas escenas y lo que significan para vos. Nosotros necesitaríamos el crudo, así que no te enrosques en editarlo ni laburarlo mucho. Es tan sencillo como levantar el teléfono (horizontalmente) y filmar eso que ya ocurre cada vez que la visitás.
Este creador de Tiktok captura con sencillez la familiaridad que buscamos replicar. Creo que también puede servirte de inspiración.
Hay una frase muy popular que reza: “camino a un sueño, a menudo encontramos otro mejor”. Eso es lo que está ocurriendo con Proyecto Raíces. Para honrarlas como ellas merecen necesitamos más voces, más detalles, más imágenes, más historias.
Hoy tenemos en el bolsillo la posibilidad de documentar un pedacito de nuestra memoria desde el celular. Juntes podemos perpetuar un sabor, un momento, un legado1.
Cada vez queda más claro que la cocina doméstica es aquella que nos transporta a la infancia, a esa época donde mamá arreglaba todo malestar con un plato casero y un abrazo; donde la abuela pasaba días armando un festín para toda la familia. Donde éramos felices y no lo sabíamos.
El reconocernos reconforta, conecta y conmueve. La memoria evoca sabores, olores y fotografías mentales que unen pasado y presente:
el perfume a laurel que invade los rincones; los tejidos que se heredan generación tras generación; los restos de harina que dejan los tagliatelles sobre la mesa; el aroma inconfundible de una tortilla española recién salida del fuego; los azulejos ocres que se vuelven tornasolados cuando les pega la luz cálida de la hora de la siesta.
Esa memoria late en nosotros y urge tener un canal.
Este proyecto pretende ocupar ese espacio.
Te invito a ser parte.
Con amor,
Lu.-
Palabras de mi querida Sol Iametti, latido primordial del corazón de este proyecto. La frase que titula esta newsletter, acuerpar la memoria, también es suya.
- - TODAS LAS FOTOS SON DE MANU - - ¿quién más?
Me encantó! Es hacer "carne" cada recuerdo en las cocinas de la infancia...!
🫶🏻