MACHETE (m. coloq. Arg.) ‖ Anotaciones (normalmente realizadas en el propio cuerpo o en un papel pequeño) que se utilizan de forma clandestina como fuente de información en los exámenes.
Mañana empieza mayo, mes cinco. Sí, casi mitad del año y necesito recalcarlo porque —por primera vez en un largo tiempo— siento que el calendario está perdiendo hojas a toda velocidad.
La búsqueda de casa con el Inglés se encuentra en pleno apogeo, por no decir “la situación me estresa hasta los pelos de la nariz”. El mercado inmobiliario inglés, ya me habían adelantado, es de lo más dinámico. En vano intentan suavizarlo con un eufemismo; se trata del ya clásico sálvese quien pueda.
¡”El mercado se regula solo!” escuchamos repetidas veces. Me reiría desde el teclado si no fuese porque la frase enciende en mí una furia honda, amarga, estrepitosa. Y no, dear agente inmobiliario, no voy a señarte un departamento el mismo día que lo voy a ver. No, no me parece bien que si acordamos el martes ir a ver un flat el viernes, el mismo viernes me entere 1 h antes (y porque YO mandé mensaje!) de que la propiedad has unfortunately been booked. No, no vamos a pagar 1500 libras por una caja de zapatos sin amueblar. No, prefiero seguir buscando. Escapo de considerarme una persona particularmente espiritual, pero creo que cuando llegue la vivienda correcta voy a sentir que es para nosotres. No me cabe que me apuren, ni que me manipulen, ni que me ofrezcan B cuando claramente pedí A. No, estimado real state agent, no me da lo mismo que la cocina carezca de luz natural.
Empero, las quejas de este abril que despido hoy no opacan la emoción que me despierta buscar hogar en Londres. Por fin podemos elegir cómo queremos que luzca el espacio que armaremos a nuestra medida, donde recibiremos amigues, donde armaré mesas paquetísimas con platos caseros sobre manteles y vajilla antigua. No tengo que cerrar los ojos para imaginarlo.
Más allá de lo engorroso del proceso de búsqueda y mudanza, lo estoy disfrutando a mi manera. Me soñé muchas veces en este preciso momento: anclada a un trabajo manual, a un amor, a cuatro paredes y un techo. ¿Establecida sería la palabra que mejor lo resume?
El ancla se siente más parecido a la seguridad que a la inmovilidad. Me provee de una base firme desde la cual apuntar alto, quizá más alto de lo que jamás me haya atrevido a soñar. Si me caigo o, mejor dicho, cuando me caiga —pues sabemos que ningún camino es lineal—, sé que tendré un soporte estable listo para sostenerme.
¿Dónde encontrás vos tu base para animarte a saltar?
4 de abril - T3E3: “Que lo aspiracional no sea el único relato”
“En el imaginario colectivo, la gastronomía se presenta como ese espacio brillante que conjuga la buena mesa, risas y regias bebidas en copas de cristal. Pero, ¿qué pasa con la otra cara de la industria, la menos glamorosa? ¿Cómo es el trato puertas adentro, especialmente si te identificás como femeneidad? ¿Qué imagen se nos viene a la cabeza cuando pensamos en un cocinere? ¿Para quiénes escribimos quienes nos dedicamos a la comida y las palabras?”.
12 de abril - Privilegios
“Soy feliz con la vida que llevo. Comunicarlo a veces desencaja al interlocutore, quien se sorprende de escuchar frases como: “Estoy chocha yendo a trabajar”. Ahí comprendo con más claridad dónde se origina mi inquietud. Se me confunden derechos con privilegios. La falta de precisión en los términos oscurece el disfrute cuando ―por fin― mi vida se ha empezado a mover en la dirección de mi deseo. Tengo derecho a disfrutar de mi trabajo, que me remuneren y traten bien. No puedo, sin embargo, desconocer los privilegios que habilitan que esta sea mi vida y no otra, más allá de mi esfuerzo personal y decisiones”.
18 de abril - GUARNICIÓN / Solo se trata de elegir
“De lo que casi nunca se hablaba (se habla) es de la ventaja de clase que implica poder decidir cómo alimentarse. Tener los medios económicos para comprar los cereales que ayuden a reemplazar la carne, tener los medios ambientales para plantar fruta —y que crezca— en el patio de tu casa, tener la tierra para hacerlo, tener el tiempo para armar tu propia huerta orgánica, tener el conocimiento para saber qué semillas se pueden consumir, cómo consumirlas, el tiempo para dedicarle a ello y el acceso a esa información, tener las ollas —incluso— para poder cocinarlas como se debe. No tener hambre. Sobre todo no tener hambre. Que tu necesidad alimenticia básica esté tan cubierta como para poder elegir qué comer”.
26 de abril - Brújula: Bucarest
“La charla vira hacia la clase de viajeres que deseamos corporizar. Sabemos que Bucarest, de los destinos europeos más económicos para quien gana en euros o libras, recibe hordas de turistas dispuestos a consumir vorazmente a precio accesible y a dársela en la pera noche tras noche hasta altas horas de la madrugada. Queremos constatar la veracidad de nuestras suposiciones”.
Domestic Arts
La versión beta del nuevo Substack ya está en línea, con el arte fabuloso de Ale Gonzalez. Ya casi tiene su forma definitiva, pero aún falta ajustar algunas tuercas visuales. Mayo será el mes de lanzamiento, por lo que la siguiente edición de Machete ya incluirá un extracto de lo que haya publicado por allá. Este proyecto de escritura 100% en inglés es la manera que encuentro de comenzar a fundir el mundo de las palabras con la ciudad que hoy habito.
Animarme, incluso con todas mis inseguridades alrededor de escribir in English, es un tema que ya abordé en la news sobre hacer con el miedo a cuestas, hace casi un año. Estoy intentando desentrañar la incomodidad que me genera volcar pensamientos en un idioma no nativo. Seguramente mis elucubraciones al respecto decanten en una newsletter para este nuevo espacio. ¡Les espero!
En mi mesita de luz
Libro: I Love Dick, de Kris Kraus. Otro regalo de mi amiga Juana que me atrapó desde las primeras páginas por su género experimental: mezcla de intercambio epistolar, crítica cultural y autoficción. Lo que más me atrapó de esta novela es cómo la protagonista (es decir, Kris Kraus) demuestra su feminismo prácticamente sin pronunciar esa palabra. Se evidencia en lo que magistralmente narra. Por ejemplo, lo que opina del trato que recibe del mundo del arte, dominado por hombres; o su poderío para presentarse como una mujer deseante, más allá de las convenciones tradicionales de matrimonio y monogamia.
Snack: Ben and Jerry’s ice cream, del pote. Cuando vivía bajo el techo (y las reglas) de Mamá, jamás me permitió comer helado directamente del envase. Cuando me mudé sola me autoconcedí el permiso de cambiar este precepto. Hoy hace años que soy feliz hundiendo la cuchara directamente en la crema helada y escarbando hasta dar con trozos de chocolate, pretzel, salted caramel o cookie dough.
Tisana: Roiboos, también conocido como “té rojo” aunque no se compone de hojas de té. En idioma afrikáans rooibos significa “arbusto rojo”, en referencia a su forma y color. Me gusta porque, al no tener teína ni cafeína, es ideal para beber en la cama antes de dormir.
Aleatorio: Dos imanes que compramos en Rumania y no pegué en la heladera porque espero mudarnos pronto.