Aquellas personas que lean con asiduidad esta newsletter sabrán que gran parte de los textos que aquí vierto surgen de conversaciones del grupo de Terapia Creativa que lidera
. Es un espacio lúdico donde, a través de actividades guiadas, suelen aparecer ideas que elijo profundizar en este espacio. En la última clase del mes pasado tuvimos que escribir en formato libre qué sabemos sobre el amor. A mí me salió un decálogo bastante autoreflexivo que resonó con mis compañeras de taller y por eso creo que quizá sirva dejarlo acá, para quien quiera leerlo. Son las reflexiones de una mujer de 37 años con varias relaciones encima, vínculos a corto y largo plazo, y lo que creo ya una considerable experiencia habilitante para hablar del asunto.“Saber algo no significa que necesariamente podamos llevarlo adelante”, advirtió Juani después de contarnos la consigna, y con esa frase pude desbloquear mi cabeza. A veces me cuesta exponer mis verdades o mi experiencia porque temo que suene aleccionador. Por ello este preámbulo necesario: el conocimiento que expondré a continuación no implica que yo sea una maestra en ponerlo en práctica. Es más, en el acto de expresarlo por escrito estoy -en realidad- repitiéndomelo a mí misma como un mantra para memorizarlo, hacerlo carne, incorporarlo en cada célula y, quizá, algún día sufrir un poquito menos por amor.
1. Nadie muere de amor (o desamor)
A diferencia de lo que indican todas las canciones y películas, que nos bombardean con un ideal romántico nocivo e inalcanzable, uno puede sentirse muy triste por la ruptura de un vínculo amoroso pero la vida sigue. A veces cuesta más salir y otras menos, pero con certeza sé por experiencia que más allá de que me duela mucho la ausencia del ser amade, me levanto cada mañana y el sol sale. Puedo seguir construyendo mi vida con la tristeza a cuestas, sonreír y saber que voy a estar bien porque ya lo he hecho. Dije demasiadas veces “no puedo vivir sin vos” y la verdad, mentía. Acá estoy, viva. Y mejor que nunca.
Frase clave: No es necesario que el amor dure para siempre para que tenga valor. Que se termine no le quita importancia a lo vivido.
2. Todos están (estamos) en una. El amor surge en los espacios donde conectamos, entre tu mambo y el mío
Esperar encontrar una persona perfecta que te cierre 100% en todo sentido es destinarte a quedarte solx para siempre. Todos tenemos una herida que sanar, un asunto irresuelto que nos carcome el bocho, un problema personal que nos atosiga y con el cual batallamos hace años. Lo verdaderamente importante es encontrar a alguien que esté dispuesto a trabajar en ese caos mental en pos de una conexión genuina. El proceso es largo, requiere mucha paciencia y empieza por uno. Ver todo lo que el otro tiene que bancarse de mí me conecta con un sentimiento de humildad y me ayuda a dejar de exigir. Todos elegimos a qué clase de sufrimiento estamos dispuestos a atarnos y seguramente el mío no sea el mismo que el tuyo. Yo puedo lidiar con alguien que necesite pasar muchas horas solo, pero no podría bancarme un compañero que no sea igualitario en las tareas del hogar. Yo puedo sostener a una persona que está pasando un proceso personal heavy, pero no puedo sostener un vínculo con un tipo que hace chistes sexistas. Es más realista (y llega a mejor puerto) tener consciencia de las limitaciones propias y las del otre.
Frase clave: ¿Vos querés encontrar un compañere que sea exactamente lo que soñaste? Suerte con eso. Sobre todo porque implicaría que vos también deberías ser perfectx.
3. Se puede amar mucho a la persona equivocada, pero siempre es mejor priorizarse uno
Hacemos lo que sea en nombre del amor, incluso lastimarnos horriblemente. La idea de que el amor todo lo puede ha sido particularmente dañina con las mujeres, quienes “por amor” hemos aguantado las peores vejaciones y violencias. Es válido, y muchas veces necesario, alejarse de quien no es para nosotres aunque le amemos con locura. Calamaro en su canción lo resume: “¡Es tan fácil perder la razón! No se puede vivir del amor”. Si bien el amor es un componente fundamental de toda relación, no es el único.
Frase clave: Si quien tengo en frente no se alinea con la visión de vínculo que yo merezco, es mejor salir de ahí y darme lo que verdaderamente quiero.
4. No hay “amores tóxicos”, hay personas rotas. Quien esté sufriendo lo expresará en su manera de amar
Ojo con este cuarto punto porque es fácil malinterpretarlo. No quiero decir que haya que justificar los amores tóxicos porque ese otre la esté pasando mal. El punto es que cuando esa persona que te daña te dice que te ama, es cierto: ama como sabe, como es en la vida. Su amor es real, pero no sano. Entender esta sutil diferencia ayuda a correrse de estos vínculos tan hirientes y peligrosos. Si el otro no está trabajando activamente en aquello que lo hace comportarse de esta manera tóxica, estás apostando a un futuro que posiblemente no llegue nunca.
Frase clave: Puedo entender que me das todo tu cariño, pero tu manera de expresarlo no se alinea conmigo. Más allá del amor, te digo adiós.
5. El amor asume siempre la mejor intención ante los errores
Quien nos ama no buscará lastimarnos adrede. Si hubiese dudas respecto de la intencionalidad de la equivocación del otre, podría vincularse con algo más complejo. ¿Por qué alguien que me ama buscaría hacerme daño a propósito? Ahí hay otra cosa y habría que regresar al punto 4. En los demás casos, si adopto una perspectiva más humana puedo entender que cuando el otro hace algo que me daña no significa que no me quiere. La mayoría de las veces, lo ocurrido ni siquiera tiene que ver conmigo sino con las imposibilidades y deseos del otre (y como chocan con los míos). Sirve recordar que la otra persona hizo lo mejor que pudo con lo que sabía. Esta mirada más compasiva ayuda reparar después del conflicto.
Frase clave: Me heriste, sí, pero sé que no lo buscabas deliberadamente. El hecho de que comprenda que no fue tu intención no esfuma cómo me siento, pero desde esta postura más amorosa podemos buscar formas de repararlo.
6. Todos tenemos maneras distintas de demostrar amor
Que no me amen como yo amo, o como yo quisiera, no significa que no me amen. Es muy fácil confundirnos -y fundirnos- con el otre a tal punto de olvidar que cada persona necesita acciones distintas para sentirse amade. Este punto suele causar mucho conflicto porque esperamos que el otre adivine cómo nos gusta que nos demuestren amor. Es necesario conversar sobre cómo cada une lo recibe para poder, a su vez, pedir actos que verdaderamente nos hagan sentir comprendidos y queridos. Si te gustan las palabras, podés pedir más mensajitos de texto. Si sos de aquelles que prefieren los actos, quizá puedas plantear que te acompañen a ese concierto tan importante para vos. Para saber más sobre los lenguajes del amor, te recomiendo googlear el trabajo de Gary Chapman. Comprender cuál es el tuyo puede ayudarte a pedir con más claridad.
Frase Clave: Si bien lo aprecio, para sentirme queridx no me sirve que saques la basura todos los días. Necesito que al menos una vez por mes vayamos a caminar o a cenar solos.
7. Todo vínculo se beneficia de la buena comunicación
Nos solemos perder en interpretaciones, suposiciones y malos entendidos. Leemos subtextos en las acciones ajenas que rara vez se condicen con lo que dicha persona atribuyó a dicha situación. Todo se resume a lo que constantemente fomento en esta newsletter: hay que hablar. El pensamiento de “si tengo que pedirlo, ya no lo quiero” no solo es infantil sino pragmáticamente ridículo. ¿Por qué el otro tiene que adivinar qué necesito yo? Es tan difícil saber qué quiere une, ¿cómo voy a creerme tan omnipotente de saber qué necesitas el otre? ¿No es más fácil construir enérgicamente las relaciones que queremos, en lugar de esperar que fluyan mágicamente hacia el lugar que une quiere que vayan? Otra vez el amor romántico hace estragos en nuestras expectativas de que si el otre nos ama verdaderamente, tendría que saber instintivamente cómo satisfacernos.
Frase clave: Esperar que los vínculos amorosos salgan bien por obra del destino es una visión muy Cris Morena de la vida. En las relaciones adultas se la-bu-ra.
8. Necesitamos del otre para construir el amor propio
¿Controversial? Quizá, sobre todo en la sociedad hiperindividualista en la que vivimos. Constantemente nos recuerdan que todo es culpa de une, incluida la falta de autoestima. El amor a une misme no es algo abstracto que construimos en soledad antes de salir al mundo. Nos erigimos en el amor desde la mirada amorosa de quienes nos rodean. Necesitamos de esa conexión y mirada ajena para sentirnos bien porque el ser humano es, ante todo, un ser social. Fijate lo que le pasa al personaje de Tom Hanks en Náufrago, que tanto necesita de un otre que se lo fabrica en una pelota de vólei. Tanto nos machacan el cerebro con que sencillamente hay que mejorarse uno que algunos se lo creen. Generalmente, al cumplir todas sus metas personales se sienten peor que nunca porque el otre no fue parte de la ecuación. No sirve de nada lograrlo todo si no tenés con quien compartirlo.
Frase clave: No me quiero todo lo que debería, pero a través de tus ojos estoy aprendiendo a verme con el amor que me ves vos.
9. El amor son las personas de tu red de apoyo
Para comprender el punto anterior debemos primero tomar consciencia de que estamos rodeados de mucho más amor del que pensamos. El problema es que lo experimentamos como un caballo con anteojeras: percibimos solo aquel amor que nos falta. Para algunos, es el amor de una madre o un padre. Para muchos, el amor de una pareja. Expandir nuestra visión para reconocer cómo recibimos afecto de muchas fuentes pone en perspectiva todo el amor que hay en nuestras vidas. La red de seres queridos sostiene, sin categorías. No hay un amor más importante que el otro: todo amor que nos llene el alma nos sostiene. El amor es abundante, si así nos animamos a vivirlo.
Frase clave: Si bien me falta X, tengo una red de amor en donde apoyarme que siempre está ahí para mí.
10. No hay nada que puedas hacer para que un otre te ame
El amor es una decisión del otre que no tiene nada que ver con lo que das, sino con lo que sos. Esto es especialmente difícil para las mujeres que, históricamente, hemos relacionado amor con sacrificio, cuidado y automejora permanente. De nada servirá todo lo que decidas entregar de más o trabajar en vos misma. Hacerte imprescindible para ese otre tampoco va garantizar que te quiera. Ergo, la importancia de ser auténtique y no vender una personalidad adaptada a lo que suponés que el otre necesita. No vale la pena tanto trabajo. Y además ya sabemos cómo terminan los vínculos donde se falsea o se estira de más para entrar en el rompecabezas. La única conexión verdaderamente gratificante es aquella que se da entre dos personas que se muestran como verdaderamente son.
Frase clave: Este soy yo sin máscaras y esto es lo que quiero, ¿vos qué queres?
Podés sumar en Comentarios lo que vos sabés del amor, debatir algunos de estos puntos o ampliarlos. ¡Es un tema tan lindo de conversar! Ojalá seas de les míes y te encante hablar sobre el amor, desmenuzarlo, cuestionarlo, reimaginarlo y, sobre todo, VIVIRLO.
Maravilloso, amiga. No la había leído y sé que llegó en el momento en el que tenía que llegar. ¡Gracias! <3
Me encantó Luján. Te descubrí hace poco en TikTok y disfruto mucho leerte.
Cuando te leía era imposible no pensar en mi propia historia con el amor. Es evidente que a muchas nos cortaron con la misma tijera. Algunas mujeres tenemos tan internalizado el hecho de ''dar todo'' por el otro, de olvidarnos de una misma cuando estamos en pareja y priorizar la relación. Es lo que aprendimos a hacer y cuesta mucho desaprenderlo, aunque se que se puede ♥ te mando un abrazo